AL ARCÁNGEL SAN MIGUEL, PARA ACABAR CON LAS DISCUSIONES FAMILIARES

 

Príncipe Glorioso San Miguel Arcángel,

defiéndenos en los duros combates de la vida,

defiéndenos en la batalla y protégenos

de enemigos visibles y ocultos.

 

Grandioso guerrero de Dios,

sé nuestro amparo

contra la perversidad y acechanzas del demonio,

pero también de las de los humanos,

que aunque menos poderosas,

también nos acechan a diario

y nos causan males, desdichas y temores.

 

Consérvanos el amor de nuestras familias,

pues en el basamos nuestra convivencia,

nos fortalece y afirma nuestros sentimientos,

haciéndonos dignos cada día

del amor de Dios Nuestro Padre.

 

Glorioso Arcángel Miguel,

no dejes ninguna entidad maligna

rompa nuestros vínculos familiares,

ni provoque disputas ni discusiones,

que puedan llegar a enfrentarnos

y destruir la familia que tan amorosamente

hemos creado, para gloria de Dios.

 

En caso de desavenencias, te pido,

pon tu escudo entre nosotros,

para que inmediatamente vuelva la calma,

y quedemos libres de odios y rencores,

haciendo que recuperemos de inmediato

nuestro inmenso amor y unión familiar,

por el bien de todos nosotros.

Ante nuestras desavenencias,

danos calma y entendimiento,

respeto y comprensión,

y fortalece nuestra unión.

 

Príncipe de la Milicia Celestial,

arroja al infierno con tu divino poder a Satanás

y a los otros espíritus malignos

que andan dispersos por el mundo

para que no nos provoquen y mortifiquen, 

y así no puedan conseguir

 la perdición de las almas.

En la hora de la muerte, no permitas

que ningún espíritu maligno se nos acerque,

para alejarnos de Dios, Nuestro Padre,

y de la gloria junto a Él,

que es nuestro destino final.

 

Oh Dios y Señor Nuestro,

guíanos por medio de tu Arcángel Miguel,

pidiéndole que nos conduzca

a la Presencia de Vuestra Excelsa y divina Majestad.

 

Te lo pedimos por los méritos de Jesucristo,

Nuestro Señor.

 

Amén.